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Los hermanos árabes. Joseph Beuys y el World Trade Center Humboldt 135. Goethe Institut Inter Nationes 2002, p.12 Las artes se quedan mudas ante sucesos que cambian
ei mundo. Ni los
Joseph Beuys:
Pero una catástrofe histórica de tales dimensiones cambia, por lo contrario, la apreciación de las obras de arte, como por ejemplo, la de la obra de Joseph Beuys de 1974, Cosmos y Damián, que transformó tarjetas postales del World Trade Center en tres múltiples variantes. Curar fue una de las metas centrales para el arte de Beuys. La ampliación del concepto de arte que conlleva su nombre culminó en la famosa frase "Todo ser humano es un artista" que, sin embargo, también se presta a malentendidos. Para Beuys, la creatividad era el verdadero capital. Cada uno contribuye, en la medida de sus propios rendimientos individuales, a una utopía de la sociedad como "plástica social". Esto presupone una serie de cambios conceptuales. En ello juegan un papel especial las mutaciones materiales y formales. Según Beuys, un cubo frío de cemento
o de acero imposibilita toda transformación y por ello se convierte
en expresión de un estado terminal mortal. En el lado opuesto,
el fieltro termoisolante, el cobre conductor y la grasa que se derrite
por el calor son materiales diversos que deberían ilustrar y
poner en evidencia potencialmente los estados de agregación del
arte, sin ser, en el sentido real, "simbolos" de ciertos contenidos.
El entendimiento común del concepto de capital estaba considerado
por Beuys como no artístico, porque el dinero, aún sin
ser trabajado, produce intereses. Un chascarrillo especial estaba en que se llamó "los desposeídos" a los dos santos de la antigüedad, "porque no cobraban por sus curaciones. Ya que, según la leyenda, transplantaron la pierna de un moro a un enfermo de tez blanca, los mártires - cuya fiesta se celebra en septiembre - se convirtieron en patrones de los médicos y farmacéuticos. Por largo tiempo la terapia de los gemelos Cosmas y Damián fue solo el recuerdo de una ilusión artística de Joseph Beuys, fallecido ya hace quince años. En la pintura al blanco y negro de los fanáticos fundamentalistas no existe una evolución histórica. Ya que Dios ha sido sustituido por el dinero, la catedral del mundo occidental, como símbolo de la comercialización globalizada, se convirtió en blanco del odio acrítico y de la destrucción. Desde hace algunos meses la obra múltiple de Beuys ha cobrado de nuevo una actualidad angustiosa.
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